DIFERENCIA ENTRE IVA DEVENGADO E IVA DEDUCIBLE

Comprender los distintos tipos de IVA en el mundo empresarial es esencial para cualquier empresa o autónomo. IVA devengado e IVA deducible son dos términos que suelen utilizarse indistintamente, pero que representan conceptos diferentes. En este artículo, exploraremos la definición de cada tipo de IVA y las diferencias entre ellos, así como su repercusión y adeudado. Al final de este artículo, comprenderás claramente la distinción entre el IVA devengado y el IVA deducible y cómo afectan a tu negocio.


Definición de IVA devengado.

El Impuesto sobre el Valor Añadido (IVA) devengado es un recargo que se aplica a las facturas emitidas a los clientes. Se basa en el importe total de las ventas realizadas por una empresa y no es deducible. Es importante tener en cuenta la distinción entre esta forma de IVA y el IVA deducible, que puede deducirse de la base imponible de una empresa o de un autónomo.

El importe del IVA a cobrar se determina sumando el tipo aplicable al total de la factura. A continuación, la empresa es responsable de presentar la suma recaudada a la administración tributaria. Es importante recordar que el IVA devengado no es deducible, lo que significa que no puede utilizarse para reducir los ingresos imponibles de la empresa. Esto contrasta con el IVA deducible, que sí puede deducirse.


Definición de IVA deducible.

Cuando se trata de las obligaciones fiscales de empresas y autónomos, la deducción del Impuesto sobre el Valor Añadido (IVA) es un factor importante. En las compras relacionadas con actividades empresariales, el IVA pagado puede restarse del total debido, lo que se denomina IVA deducible. Sin embargo, no todo el IVA es deducible, sólo el que está directamente relacionado con la actividad empresarial.

Los autónomos pueden restar el IVA deducible del total del IVA adeudado al presentar las declaraciones trimestrales de la renta. En el caso de las empresas, el IVA deducible se deduce del IVA repercutido a sus clientes, también conocido como IVA devengado. Esto implica que el gasto del IVA deducible se reduce, ya que puede detraerse del IVA devengado.

El IVA devengado, a diferencia de su homólogo deducible, no es deducible, ya que lo paga el cliente. Por ello, es fundamental que las empresas y autónomos lleven un control de su IVA deducible para minimizar su carga fiscal y mejorar su liquidez fiscal.


Diferencias entre IVA devengado e IVA deducible.

El IVA devengado y el IVA deducible son dos componentes fiscales importantes que las empresas y autónomos deben conocer. El IVA devengado es el importe del impuesto que se añade a las facturas emitidas a los clientes, siendo el coste pagado por el cliente y considerándose, por tanto, un gasto para la empresa. Por otro lado, el IVA deducible es el importe del impuesto pagado por la empresa o autónomo al adquirir bienes o servicios para la actividad comercial. Este impuesto puede restarse del importe total del IVA devengado.

Una distinción clave entre el IVA devengado y el IVA deducible es que no son el mismo impuesto. El IVA devengado se añade a las facturas para los clientes, mientras que el IVA deducible lo paga la empresa cuando compra productos o servicios para uso empresarial. Además, el IVA devengado no es deducible, mientras que el IVA deducible puede deducirse de la cuota global de IVA de la empresa. Por ello, es importante que las empresas y los autónomos conozcan las diferencias entre estos dos impuestos, ya que puede tener un impacto significativo en su situación financiera y sus obligaciones fiscales.

Otra diferencia destacable entre el IVA devengado y el IVA deducible es su repercusión y morosidad. El IVA de repercusión es el que pagan las empresas al adquirir un producto o servicio, y sólo se tienen en cuenta los relacionados con la empresa. Por su parte, el IVA de repercusión debe pagarse cuando el IVA recaudado es superior al IVA deducible. Por otro lado, se concede un crédito de IVA cuando el IVA deducible es superior al IVA recaudado. Entender bien estos conceptos es esencial, ya que puede ayudar a las empresas y autónomos a calcular con precisión sus cuotas de IVA y evitar posibles sanciones.


IVA devengado vs IVA deducible: repercutido y soportado.

Cuando se trata del Impuesto sobre el Valor Añadido (IVA), es vital conocer la distinción entre IVA devengado e IVA deducible. El IVA devengado (a veces denominado IVA repercutido) es el impuesto que se añade a las facturas emitidas a los clientes, mientras que el IVA deducible (también conocido como IVA sportado) es el impuesto que pagan las empresas o los autónomos al obtener bienes o servicios para actividades empresariales. Es fundamental saber diferenciar entre ambos, ya que cada uno tiene implicaciones distintas para las empresas. Mientras que el IVA devengado no es deducible, el IVA deducible puede solicitarse como deducción, reduciendo así el importe del impuesto que una empresa o particular tiene que pagar.

La repercusión y la morosidad son dos conceptos clave que hay que comprender cuando se trata del IVA deducible y del IVA devengado. La repercusión se refiere al tipo de IVA que pagan las empresas al adquirir un producto o servicio – IVA repercutido. Sólo se tienen en cuenta para el IVA repercutido los artículos o servicios directamente vinculados a la actividad de la empresa. Por el contrario, el IVA repercutido se refiere al IVA que debe pagarse cuando el IVA recaudado es superior al IVA deducible. Por el contrario, cuando el IVA deducible es superior al IVA repercutido, se produce un crédito de IVA. Estas ideas son esenciales para comprender cómo afecta el IVA a las finanzas y al flujo de caja de una empresa.

Es importante reconocer que el IVA devengado y el IVA deducible no son lo mismo. Aunque ambos son tipos de IVA, el IVA devengado se añade a las facturas a los clientes y no es deducible, mientras que el IVA deducible puede solicitarse como deducción, reduciendo así la cantidad de impuestos que debe pagar una empresa o un particular. Comprender la diferencia entre ambos es fundamental para garantizar que las empresas calculan correctamente sus obligaciones fiscales y aprovechan al máximo las deducciones a las que tienen derecho.

En resumen, comprender la distinción entre el IVA deducible y el IVA devengado es imprescindible para cualquier empresario o autónomo. Al comprender los distintos tipos de IVA y la repercusión que tienen en las finanzas y la tesorería de una empresa, los particulares pueden garantizar que están calculando con exactitud su cuota tributaria y aprovechando al máximo cualquier deducción a la que tengan derecho. Al comprender los conceptos de repercusión y morosidad, las empresas pueden estar seguras de que están pagando la cantidad adecuada de IVA y gestionando sus finanzas de forma eficaz.


Conclusión.

En conclusión, comprender la diferencia entre IVA devengado y deducible es crucial para cualquier empresa o autónomo. Mientras que el IVA devengado se añade a las facturas emitidas a los clientes y no puede deducirse, el IVA deducible sí puede deducirse, ya que lo paga la empresa o el autónomo. Es importante llevar un control de ambos tipos de IVA, ya que tienen implicaciones diferentes para las finanzas de una empresa. Gestionando adecuadamente el IVA devengado y el deducible, las empresas pueden evitar problemas como el IVA adeudado y aprovechar los créditos cuando el IVA deducible es mayor que el IVA cobrado.

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